Mensaje del Director
En el diccionario de la RAE encontramos que el término consorcio se refiere a la participación de una misma suerte entre varios sujetos, en consonancia con su origen en latín: cons (juntos) y sors (destino). Entendiendo suerte no en su sentido de azar o casualidad, sino como como una manera o modo de hacer algo. Con el término consorcio se hace también referencia a una agrupación de entidades para negocios importantes, siendo una de las acepciones de negocio, sin reducirlo a lo crematístico, el de ocupación, quehacer o trabajo, del que se predica su importancia, y por tanto, expresión de un interés relevante y compartido.
En el caso del Consorcio de Universidades, que celebra sus 25 años de vida institucional, cuatro universidades privadas asociativas comparten un modo de hacer y un destino, por lo que en 1996 adoptaron la decisión de agruparse para cumplir con propósitos importantes, para ellas y para sus respectivas comunidades.
La naturaleza común de universidades privadas asociativas ha sido el sustento que ha llevado a un modo de hacer y a un destino compartido. Un modo de hacer que asume que la educación superior universitaria debe articularse con el compromiso con el país, con su gente, su cultura e historia, con el respeto del estado de derecho y la vigencia efectiva de los derechos fundamentales, para formar la capacidad de análisis y la conciencia crítica de los futuros profesionales. Un modo que asume que la democracia es práctica cotidiana, por lo que las autoridades de nuestras universidades son elegidas periódicamente por representantes de los estamentos que conforman la respectiva comunidad (profesores, estudiantes, graduados) y las más importantes decisiones del gobierno institucional se adoptan en órganos colegiados (asamblea universitaria, consejo universitario, consejos de facultad), bajo rendición de cuentas, transparencia y control por parte de las autoridades estatales competentes.
Y común también es el destino, que desde hace 25 años lleva a buscar a cada universidad que conforma el Consorcio:
i) una formación académica de calidad, la que está verificada por las instancias competentes (licenciamiento y acreditaciones, nacionales y extranjeras) y es reconocida por los sectores empleadores (expresándose en la empleabilidad de nuestros egresados) y por las universidades extranjeras (en las que muchos de nuestros graduados hacen sus estudios de posgrado). Es una formación que supera el mero adiestramiento para el desempeño de actividades profesionales, que está abierta a diversos intereses, como escuela de pluralidad y tolerancia, y que fomenta el trabajo colaborativo con estudiantes de otras especialidades (Estudios Generales y maestrías interdisciplinarias) y el (re)conocer distintos proyectos de vida (intercambio nacional e internacional de estudiantes).
ii) políticas institucionales de inclusión social, para lograr la participación de los estudiantes más aptos para la actividad universitaria, sin que sus particulares condiciones socioeconómicas les impidan continuar sus estudios (pensiones escalonadas, becas, préstamos).
iii) desarrollo de la investigación y la innovación, con base en el elenco calificado y reconocido de investigadores (RENACYT), el aliento a proyectos de investigación tanto teórica como aplicada, financiados con fondos propios y también accediendo a fondos concursables, de origen nacional y extranjero. La difusión de los resultados de tales investigaciones en revistas indexadas, nacionales e internacionales, se refleja en la posición que ocupan las universidades del Consorcio en los rankings sobre la materia.
En los primeros 25 años de vida institucional del Consorcio de Universidades, corresponde agradecer a las decenas de autoridades (rectores, vicerrectores, decanos), a los centenares de profesores e investigadores, así como a los miles de estudiantes, que hicieron posible en algunos casos y en otros participaron activamente, en las diversas convocatorias e iniciativas. Un trabajo en común que sintetiza los aportes del talento y el compromiso de muchos. Un trabajo en común que es suma de diversas voluntades.
Siendo tan generalizadas en nuestro medio las respuestas aisladas y los compromisos episódicos, las bodas de plata de un proyecto en el ámbito universitario, de naturaleza colaborativa y sostenido en el tiempo, es motivo de celebración. Reconociendo lo avanzado, estamos llamados a aprovechar las lecciones de lo hecho y a dar respuesta, con renovada creatividad, a los nuevos retos y desafíos de la educación superior universitaria en el Perú.
Martin Carrillo Calle
Director
Consorcio de Universidades
